España ante el nacimiento de la Regeneração: la tentativa de una intervención militar (abril-julio de 1851)

La Regeneração portuguesa estableció una profunda disimilitud en la evolución y modernización de los regímenes liberales en España y Portugal. El entendimiento entre los gobiernos moderado y cartista, hegemónicos en el poder en la década de los cuarenta, dio paso a una política de prevención por parte española, que siguió aplicando la estrategia de intervención frente al peligro revolucionario. El pronunciamiento militar capitaneado por Saldanha fue recibido por el ministerio de Bravo Murillo como un acto postrero de la oleada revolucionaria de 1848, con el riesgo añadido de la vecindad y de la interacción existente entre ambos países. El temor de ver establecido un gobierno radical en Portugal, como parecía indicar el inicial protagonismo de los setembristas, condujo al gobierno español a proyectar una intervención armada, para lo que trató de recabar el apoyo diplomático de las principales potencias europeas. La oposición del gobierno inglés y el carácter centrista con el que Saldanha dotó al movimiento regenerador – del que no fue ajena la presión de la Legación española en Lisboa, con Alcalá Galiano a la cabeza –, confirmado con la incorporación de Rodrigo da Fonseca y Fontes en el gobierno, consiguieron que la intervención militar no pasara del grado de tentativa.